viernes, 20 de noviembre de 2015

Décimo caso: Aceite de Colza.

En 1981, un niño madrileño falleció a causa de una enfermedad desconocida. Tras el, centenares (millares, según diversas fuentes) cayeron tras el. Se desconocía la causa de una enfermedad que solo afectó a España.

Síntomas similares a la neumonía, dolores musculares, hipertensión, enfermedades en el hígado, piel, corazón..., afectaba a la practica totalidad de los órganos.

La sociedad estaba conmocionada. Miles de familias tenían a familiares afectados por esta extraña enfermedad.

Un año después, tras más de 400 defunciones, los especialistas concluyeron que la causante de todos estos casos era el aceite de colza, elemento utilizado por las familias para cocinar. Elemento que era vendido por vendedores ambulantes para las familias con mayores dificultades económicas.

Este aceite importado desde Francia para uso industrial, se distribuyó por algunos aceiteros tras extraerle la anilina a alta temperatura, un proceso que dio lugar a la creación de compuestos tóxicos que causaron la grave intoxicación conocida hoy como síndrome del aceite tóxico.
Se vendía de manera fraudulenta, en grandes garrafas de plástico. Garrafas que produjeron decesos y grandes secuelas físicas que se mantienen hasta el día de hoy.

Las indemnizaciones que fijó en sentencia el Tribunal Supremo oscilan entre los 90.151 euros para los herederos de los fallecidos y los 300.000 euros para quienes sufren incapacidades graves, cantidades que han tenido que ser abonadas por el Estado.
A pesar de todo lo ocurrido, aún hoy, hay herbolarios que aún lo comercializan. Como recomendación personal, si aún hay dudas sobre si comprarlo, observen los vídeos que adjunto en la entrada.


Fuentes:

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